Una provincia vaciada

Evolución de la población

2020

Según las últimas cifras oficiales de población, publicadas en 2020 y por tanto antes de la pandemia, Huesca tiene una población de 222.687 habitantes. Esto supone un aumento de 2.226 personas respecto a  2019 (+1%), y de 3.342 respecto a 2018 (+1,5%). Tendencia positiva por tanto, aunque con un total todavía inferior al que se tenía en 2010, cuando la provincia de Huesca llegó a alcanzar los 228.566 habitantes. En la última década Huesca ha perdido 5.879 habitantes, lo que supone un descenso del -2,6%. 

Pronto conoceremos las cifras de 2021, las primeras postpandemia, que nos darán las primeras certezas sobre su efecto en el territorio ¿Se mantendrá o acelerará la tendencia positiva de estos 2 últimos años? ¿Se notará este aumento en los pueblos más pequeños o remotos? Pronto lo sabremos. 


Evolución reciente de la población provincial

1857

Si echamos la vista más atrás, el primer censo moderno de población data de 1857. Por entonces Huesca tenía una población de 257.839 habitantes, 35.132 más que los que tenemos hoy en día, un descenso del -13,5% en 163 años. La década de mayor retroceso fue la de los años 60 del siglo XX, en los que Huesca perdió 12.253 habitantes, un 5,2% de su población, pasando de 234.014 habitantes en 1960 a 221.761 en 1970. El máximo histórico data de 1920: 265.603, y el mínimo de 1998: 204.956. Desde entonces la tendencia es positiva, aunque con el descenso ya mencionado de los años 2010-2018 en los que la tendencia fue claramente regresiva.

Evolución histórica de la población provincial


Distribución de la población

2020

Pero estas frías cifras esconden una triste realidad, la de un territorio vaciado y una población concentrada en unos pocos núcleos de población. A día de hoy la población de Huesca se distribuye en 10 comarcas, 202 municipios y 792 entidades o núcleos de población. La mayoría de ellas son pequeños pueblos poco habitados y muy envejecidos. Solamente 7 de estas 792 localidades pueden considerarse ciudades: Huesca, Monzón, Barbastro, Fraga, Jaca, Binéfar y Sabiñánigo, que suman  un total de 132.948 habitantes, y que concentran el 60% de la población provincial. Estas mismas 7 localidades en el año 1857 apenas concentraban el 13% del total provincial de entonces: 34.087 de  257.839. 

1857

En 1857 Huesca era una joven provincia de 257.839 habitantes repartidos en más de 1.100 núcleos de población, entre los que se contaban pueblos, ciudades y villas, pero también mases, caseríos, monasterios y otros diseminados. La población era ligeramente superior a la actual, pero su distribución era completamente distinta: población distribuida de forma regular por el territoiro, muchas localidades de tamaño medio y ninguna con más de 10.000 habitantes.  Por entonces solo 3 localidades superaban los 5.000 habitantes (Huesca, Barbastro y Fraga), y 47 superaban el millar.  La mayor parte de la población (34%)  habitaba en pueblos de entre 100 y 500 habitantes (34%), y en pueblos de entre 1.000 y 5.000 habitantes (31,3%). Más de la mitad de los pueblos tenían menos de 100 habitantes (55,6%), que concentraban casi el 10% de la población. Hoy en cambio las 7 principales localidades concentran el 60% de la población, pero 3/4 partes de las localidades tienen menos de 100 habitantes, aunque solo concentran el 6,7% del total de la población. 



2020

Si plasmamos esta información en un mapa, hoy tenemos una provincia en la que hasta 22 localidades superan los 1.000 habitantes, que concentran más del 71% de la población provincial (159.705 habitantes).




1857

En 1857 eran 50 las localidades que sobrepasaban los 1.000 habitantes, aunque ninguna llegaba a 10.000 habitantes. Un total de 105.231 habitantes que concentraban el 41% de la población provincial.





Conclusión

La historia demográfica de la provincia de Huesca es una historia de despoblación, pero sobre todo de vaciado y concentración en unas pocas ciudades¿Se mantendrá esta tendencia hasta el vaciado completo del territorio? Existen excepciones de pueblos alejados de las ciudades que consiguen crecer en población, aunque en muchos casos se trata de un efecto enmascarado por el empadronamiento de segunda residencia. Esto es muy palpable en pueblos de montaña que han crecido por el efecto del turismo, población urbana que llena la montaña de gente en períodos muy concretos del año como vacaciones o fines de semana. Seguramente no sea la manera más beneficiosa para recuperar nuestros pueblos, aunque a día de hoy es prácticamente la única conocida. Habrá que ver si la "crisis urbana" originada por la pandemia tiene alguna repercusión en el territorio, y si nuestros pueblos, y muy especialmente aquellos más pequeños y remotos tienen alguna posibilidad de futuro a través de las nuevas formas de organización, comunicación y teletrabajo que ha generado la pandemia, y que han desarrollado una creciente vuelta a lo rural.


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